Carta devuelta, destinatario ilocalizable (ii)

General, Sentimientos

¿Qué les sucede a esas personas que no vuelves a ver nunca más? Sí, esas miradas escondidas entre chaquetas y camisas, anillos y gafas graduadas. ¿Qué pasa en el mundo cuando dejas de observarlo con atención? O desaparece o se queda en tu memoria, y aquí es donde entra en juego la imaginación.

Yo a veces te imagino entre mantas y vasos vacíos, en un lugar escondido del mundo y apartado -por tanto- de aquello que te desagrada o que te provoca ese miedo que implica mariposas en el estómago. Sí, cerrar los ojos para dejar de mirar al mundo e imaginarte es una de mis aficiones preferidas.

¿Quieres saber cómo te imagino? Cierra los ojos y crea la imagen de tí ante un gran ventanal a través del que entra un viento oloroso que acaricia unas cortinas suaves, y por el que se puede observar una selva de ventanas y tejados. Ahora piensa que hay música alrededor, olores en la cocina y paredes repletas de historias que se van emancipando de ellas poco a poco, hasta caer en tu cama y en tu sofá, formando una sábana de recuerdos.

Pensar en tí hace que pueda hacerte mía cuando quiera, y no en un sentido sexual o de dominación, sino simplemente en poder observarte y quizás que tú me devuelvas una atención ficticia. Mi imaginación es como una pequeña bola de cristal implementada en algún lugar de mi cerebro.

Eso quizás te convierte un poco en personaje de ficción porque, pensándolo bien, mi imagen de tí es de alguien vivo, muy vivo; tanto que si ahora no tuviera los ojos cerrados iría directo al manicomio por mi propio pie… Porque he llegado a la conclusión de que cuando no te observo dejas de existir, que realmente no estás si no estoy contigo. Que eres producto de una idea que tú creaste aquella vez que te ví. ¿Cómo expresarlo? De pasar un filtro paso bajo por los impulsos del muestreo de tu compañía he pasado a querer más, y he acabado interpolando con el programa inadecuado para acabar obteniendo una señal aleatoria, tan llena de información, tan bella, que me pasaría el resto de mi vida sin hacer otra cosa que conocerte mejor.