Madrid, ocho de la mañana

Aventuras, General

Casi las ocho de la mañana, y el sol intentando hacerse sitio entre las nubes y el cielo paulatinamente azulado. Madre mía, una noche de esas de no dormir, de aquellas en las que todo empieza de una manera y acaba en un bar inesperado, bailando a ritmos descontrolados, y rodeado de gente que conoces y no.

Osea, que un lío; y antes de irme a dormir quería escribir que Madrid ha vuelto a su cauce, que aunque se eche de menos la tranquilidad del verano más aún añoraba este tipo de noches; cuando a las siete de la mañana se mezclan en la Gran Vía personas que, con buen tipo, van a trabajar los domingos, y otras que salen de su ¿ultimo? bar.

Valdeacederas -> Moncloa -> Gran Vía -> Nuevos Ministerios -> Casa. Y esto último con un maravilloso amanecer digno de la mejor mañana de verano… Me voy a dejar caer en la cama que los sonidos de sirenas ya empiezan a sonar y, si me buscan a mí, prefiero que me encuentren dormido.

Besos!