Noches de radio

General

Como ya conté mi disco duro de 120GB ha pseudomuerto. Realmente seguía funcionando pero para tener fallos de CRC cada dos por tres prefiero no depender de él para nada.

Pues cogí un disco duro que tenía en una estantería de 80GB y lo estuve instalando. Una noche de verano, sonido de los coches a lo lejos, mi lámpara de mesa iluminando el metal de los destornilladores y los tornillos, que como si fueran las estrellas que le faltan a las noches de Madrid destelleaban en impulsos.

Mientras tanto puse en la radio Hablar por Hablar, y dejé que la voz de Mara Torres, las historias de la gente y la selección tan buena de música que hacen acompañara mi “ardua” tarea. Realmente no hacen falta más de 15 minutos para cambiar un disco duro, pero como se estaba tan bien me he dedicado a quitarle el polvo a los componentes del ordenador; es algo que me relaja mucho. Oyendo la radio y con un destornillador plano he ido quitando pelusas densas del disipador del procesador, de la tarjeta gráfica, de los “bajos” de la caja… Parece una tontería, pero me recuerda mucho a fregar oyendo la radio…

Tengo ganas de hablar de eso, de la radio, de la compañía que hace en una vida que, de tan ajetreada, a veces hace que olvides qué es el fijar uno sólo de tus sentidos en algo, dejando que el resto se mueva al libre albedrío de los músculos, de los ciclos desocupados del cerebro. Hay programas como Milenio 3 que aprovechan muchísimo la capacidad de la radio de, al no mostrar imágenes, hacer que uses más la imaginación, en este caso para crear sentimientos que van desde el miedo hasta la angustia… Es un programa increíble, una genialidad de la radio, una obra de arte no por lo que cuenta sino por cómo transmite sentimientos que al fin y al cabo es de lo que trata el arte, ¿o no?

Siempre he sido una persona “muy de radio”. Recuerdo oir con 12 años Cuando amanece nos vamos, que sigue manteniendo en gran parte de su programa la fórmula de preguntas y respuestas… Algún otro día hablaré más sobre esto, es un tema que me encanta.