Rumor de campo

General, Sentimientos

Debido al calor ayer me pasó una cosa curiosa cuando me fui a dormir. Se juntaron cuatro hechos:

  • Como ya empieza a ser necesario en estas fechas, tenía puesto el ventilador para que la sensación térmica fuera algo más baja.

  • Por otro lado, como también empieza a ser necesario, tenía la ventana abierta; de noche suele hacer menos calor en la calle, que no más frío porque frío ni dentro ni fuera ;).
  • Esta noche en Madrid (al menos en mi barrio) ha habido una ventolera increíble, y justo al lado de mi ventana hay árboles de esos grandes cuyas hojas suenan como la parte alta del río con caudal medio.
  • En mi habitación se da una curiosa experiencia acústica; será la distancia que hay de la ventana al armario que está enfrentado a ella supongo: los sonidos, además de llegar por la ventanta, parecen que salen del armario. Imagínate cuando era pequeño y creía que habia ahí dentro un pájaro, un perro o un tío regando.

A lo que iba; en cuanto cerré los ojos, sentí el viento recorrer mi sábana, las manos, la cara, … Además oía el crepitar de las hojas de los árboles, el sonido del viento… Forcé un poquito mi imaginación y recordé las noches que he dormido en el campo al raso. Increíble; no hace falta decir que en esa situación tardé menos de un minuto y medio en quedarme más dormido que un abuelete al sol después de comer.

¿Moraleja? Pues que en estos tiempos inciertos, de materiales plásticos y microprocesadores a teraflops, la imaginación aún sigue siendo más poderosa de lo que los adultos creemos.