Poder consumido

General, Poesía

Y renuncia a sus células
y da la espalda: a su aire,
a la mezcla que yace
en pétalos bajo Marte.

Quebrando ríos amargos
la luz le parece violeta;
duendes de Venus
y miradas de Creta.

Soy yo, cáliz egoista,
mi agua es de mis ojos
y sola, mi pena es mía.

Soy tú y tú eres conmigo
llena de aire, de espadas:
tupido velo previo al estío.