Toy malito

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Ayer me acosté con un poco de fiebre, creo que tengo gripe… No soy una persona que enferme a menudo pero parece que ahora me ha tocado… Ya me lo esperaba, porque en el metro se respira humanidad, para lo bueno (como ya he comentado muchas veces) y para lo malo… Alguna vez he pensado en comprarme una mascarilla pero me ha parecido una tontería y un poco de hipocondríaco… Volviendo al tema de la enfermedad, hay una cosa que aprendí de pequeño y es que nunca te das cuenta de lo fastidioso que es estar enfermo, hasta lo que estás; o visto de otra manera: cuando no estás enfermo no te acuerdas de lo coñazo que es estarlo…

Esta noche no podía dormir, y el sentir como se te va deshaciendo la cama, como sueñas cosas que no tienen nada que ver con nada, y como las horas pasan muy despacio y el tiempo parece estirarse hasta el infinito… a veces parece que incluso va hacia atrás… En resumen: no mola estar malo.

Pero de todas maneras, aunque por la mañana me quedé en casa, por la tarde fui a la uni; yo siempre he sido muy constante con lo de las clases, no me gusta perderme una clase “porque sí”… Soy así de … Soy así. Pues de 19:30 a 21:15 estaba en clase de Sistemas Lineales; ya sabes (y si no te lo cuento): transformada de fourier, señales periódicas y propiedades de compresión y translación… Visto desde mi punto de vista en aquel momento era lo peor que podía hacer. Me sentía mareado y con ganas de salir corriendo a respirar un poco de ese aire que se cuela entre las hojas de los árboles.

Llevo unos cuantos días que no tengo razones para hablar de esto, pero el estar malo aviva los pensamientos, aunque sólo los más enrevesados; el problema de las grandes ciudades como ésta es que sin saber cómo acabas siguiendo su ritmo: acabas corriendo para coger un metro que no sabes si aún estará en la vía, o que no te reportaría ningun inconveniente el coger el siguiente… Es un ejemplo, pero basta para ver que estamos realmente locos… Locos por el tiempo (el de la lluvia y el de los segundos), por las comidas, por las farmacias, por la música basura, por mantener un estilo de vida que renuncia a mirarnos los unos a los otros a los ojos… ¡Que sí! ¡Que estoy muy rallado! Pero es lo que pienso y me basta el dejarlo aquí escrito para poder sonreir cuando alguien me mire en el asiento de enfrente.

Esta semana no creo que vaya por la mañana a la uni, prefiero perderme un puñado de clases poco importantes y estar una en vez de dos semanas como estoy ahora… Parece mentira, pero al leer los comentarios de ahí a la izquierda, me olvidé por un momento de los sudores frios y de lo pastosa que parece estar hoy mi cabecita. Gracias